Nació el 28 de mayo de 1896 en la calle de Apartado, en la colonia Centro de la Ciudad de México, fue hijo del señor Élfego Uribe y la señora Soledad Robles. Sus estudios los realizó en la capital mexicana en la escuela primaria “Doctor Mora”. El 1º de septiembre de 1912, causó alta en la Escuela Naval Militar para cursar la carrera de oficial de guerra de la Armada Nacional, se distinguió por obtener las mejores calificaciones y por su buena conducta. Son pocos los datos que permitan conocer más a fondo la vida de este distinguido cadete, pero se sabe del heroísmo y valor que tuvo para enfrentar a las tropas estadounidenses en el puerto de Veracruz, aquella mañana del 21 de abril de 1914.
El conflicto inició con el desembarco de las tropas norteamericanas en el puerto de Veracruz, bajo el mando del almirante Frank F. Fletcher y de inmediato se apoderaron de los edificios más importantes. En ese momento, los cadetes de la Escuela Naval Militar se encontraban realizando sus actividades normales, cuando el Comodoro Manuel Azueta Perillos entró al plantel y arengó a los alumnos para emprender la defensa de la nación mexicana; al poco tiempo, se presentaron el Capitán de Navío Aurelio Aguilar y el Teniente Mayor Modesto Sáenz y juntos planearon el resguardo de la institución y procedieron a poner pequeñas defensas en los balcones.
El Cadete Virgilio Uribe, junto con otros compañeros, se colocó en uno de los balcones para repeler el ataque, a lado de él, se hallaba el Comodoro Azueta y el Teniente Sáenz y comenzaron a disparar en contra de los invasores. Virgilio Uribe disparó en contra del enemigo, pero se le agotaron las balas, en ese momento se dispuso a cargar su arma, cuando de manera repentina un proyectil del enemigo lo impactó en la cabeza y cayó mortalmente herido; al percatarse sus compañeros de lo sucedido y al grito de “bautizo de sangre”, de inmediato corrieron a auxiliarlo. Uribe fue la primera baja del plantel en cumplimiento de su deber.
El Comodoro Azueta y el Teniente Sáenz también se acercaron al cadete y se mancharon sus uniformes con la sangre que brotaba de su cabeza. Después de finalizada la batalla, Virgilio fue trasladado al hospital de San Sebastián, donde fue declarado muerto a las 17:30 horas del 21 de abril de 1914. Al llegar sus compañeros y autoridades de la Escuela Naval Militar a la Ciudad de México la noche de ese mismo día, se acercó el señor Élfego Uribe al Comodoro Azueta preguntándole por su hijo, éste, en un acto humano, le mostró una mancha de sangre que había impregnado en su uniforme. El padre de Uribe, inclinado y con lágrimas en los ojos, beso varias veces la sangre de su hijo y exclamó: “murió por su patria”.
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